....aparece una noche, te inunda de canciones, declara abiertamente la intención de robarte un par de sornisas, para empezar........ y te seduce "sin querer" con nocturnidad y alevosía.
La tentación llega una mañana enfundada en moka antracita, con aroma a "Pleasures", sin prisa....y la excusa peregrina de un café:
- "Solo, descafeinado de máquina.... por favor".
Aparece al otro lado de la línea telefónica, reclama sus "cinco segundos". En ese preciso instante, todo se detiene, su risa lo invade todo y te hace sentir el ser mas afortunado de la tierra.
Con un poco de suerte ... la tentación llega cualquier mediodía, andar cadencioso, melena al viento y te secuestra del resto de tus ocupaciones durante el breve instante que dura una cerveza:
- "Una clara con limón, gracias".
La tentación, viste de negro, y te prohibe terminantemente decirle cualquier cosa agradable:
-"No, no........ no puedes hacer eso, genera muchas interferencias."
Desaparece y aunque estes en medio de una multitud, la soledad te corroe por dentro, y te deja el corazón lleno de agujeros..... cual queso gruyere.
No seas iluso, no pretendas llamar su atención con un miserable "te echaba de menos....", porque ella siempre responderá esquiva:
-"No puedes, no te he dado permiso".
(Aclararé que estas palabras no son mías, llegaron envueltas en forma de correo electrónico mientras que Vanesa Martin me susurra al oído.)